El desconocido supercar eléctrico ya se convierte en el modelo de su especie más rápido del mundo, superando al Rimac Nevera.
El rótulo de ser el auto eléctrico más rápido del mundo, que actualmente ostentaba el Rimac Nevera, ha llegado a su fin; el protagonista en desbancar de ese trono al modelo croata es nada más y nada menos que el Aspark SP600.
El desconocido modelo hace unos día consiguió alcanzar 438,7 km/h, que no solo lo hacen más rápido que un Bugatti Veyron Super Sport, sino que incluso lo acercan a un Bugatti Chiron entre otros miembros del Olimpo de los hypercar.
Este Aspark SP600 es obra de la compañía italiana Manifattura Automobili Torino, la misma compañía responsable de modelos como el Apollo Intensa Emozione o los SCG003C y SCG003S de Scuderia Cameron Glickenhaus.
El nuevo modelo, si bien está basado estéticamente en el Owl, según la compañía es un coche de nuevo desarrollo. Esto hace que a pesar de su proeza haya cierto truco en el récord del Aspark SP600, porque se trata de un prototipo, que si bien apunta a ser un futuro coche de producción, cuenta con elementos no propios de uno, como neumáticos especiales Bridgestone Potenza Race hechos a medida o la ausencia de retrovisores laterales.
El récord fue registrado el pasado 8 de junio con el piloto Marc Basseng a los mandos en la pista de pruebas de Papenburg, la misma en la que el Rimac Nevera consiguió el anterior récord de velocidad y otros 23 récords más el año siguiente, gracias a sus dos rectas de casi 4 km.
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