La nueva criatura de la casa de los cuatro aros se presenta con el rótulo de ser el coche de producción de serie con motor de combustión más potente en su historia.
Audi acaba de presentar su nuevo RS Q8 completamente renovado, un auto que llega con un récord bajo el brazo en el circuito de Nürburgring Nordschleife, de manera que se está ante el SUV más rápido en el Infierno Verde.
A nivel estético el RS Q8 y RS Q8 performance lucen un paragolpes delantero específico y una distintiva parrilla Singleframe con celdas individuales del panal de abeja en formato tridimensional.
Además, ambos lucen un splitter frontal en color negro con acabado en alto brillo y en su zaga no podían faltar las dos salidas de escape ovaladas así como un difusor dividido en su parte central por un reflector.
Audi apuesta por llantas de 22 pulgadas para el RS Q8 y de 23 para el performance. Todo ello con la posibilidad de equipar faros Matrix LED HD con luz láser y su correspondiente firma digital en forma de bandera a cuadros.
De puertas para dentro ambas versiones vienen con asientos deportivos perforados con costuras en forma de panal de abeja, envolviendo el volante en Alcantara y utilizando microfibra de botellas recicladas para el selector de marchas y otras áreas.
Si bien bajo el capó del nuevo RS Q8 no hay ninguna novedad, el principal cambio se tiene con los 640 caballos de potencia y 850 Nm de par máximo que alimentan a la variante performance, procedentes del mismo V8 biturbo de 4.0 litros que todos conocen.
Este incremento permite al Audi acelerar de 0 a 100 km/h en solo 3,6 segundos y llegar a alcanzar una velocidad máxima de 305 km/h. Además, para darle otro toque diferenciador, la marca alemana instala el sistema de escape deportivo RS, opcional en el RS Q8, para garantizar un sonido todavía más emotivo.
Ambas versiones disponen de tracción integral permanente quattro, transmisión automática tiptronic de 8 velocidades con tiempos de cambio más rápidos y un diferencial central mecánico que distribuye la potencia entre el eje delantero y trasero en una relación de 40:60, pudiendo enviar hasta el 70% del par delante y hasta el 85% detrás.
Según Audi, la presencia de este elemento supone un comportamiento más ágil en curvas, menos subviraje y una dirección más precisa. Lo que tampoco puede faltar es una suspensión neumática deportiva adaptativa con reglajes específicos RS, barras estabilizadoras activas, dirección en ambos ejes, además de unos frenos cerámicos RS con pinzas delanteras de 10 pistones y discos de 440 mm adelante y 370 mm atrás.
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