La casa germana ha querido rendir homenaje con un impecable acabado a una de las más emblemáticas carreras de motos en el mundo.
Hace poco BMW sorprendía en el Monterey Car Week a la industria automotriz mundial con el lanzamiento del nuevo BMW M5 Touring, un modelo que regresaba tras 15 años de ausencia.
La estética del modelo es básicamente la misma que la berlina salvo por la línea de techo alargada. Así entonces se aprecia un frontal puramente M, con un musculoso paragolpes con grandes entradas de aire y para alivio de muchos, una parrilla de doble riñón de grandes dimensiones con un diseño horizontal más convencional y curvado.
También exhibe un parachoques trasero bastante agresivo y un acentuado spoiler, conformando así un conjunto que, para rematar, se baña en un hermoso color verde denominado como "Isle of Man Green" honrando de esta manera la mítica competencia de motociclismo que nació en 1907.
Pero si el exterior homenajea al mundo del motorsport, el interior no se queda atrás y todo gracias a que sus asientos, se cubren en cuero "Kyalami", aquel histórico circuito ubicado en Gauteng - Sudáfrica.
Por lo demás, el diseño del habitáculo no presenta cambios respecto a la citada berlina, así que el M5 Touring viene con casi todos los elementos de lujo del arsenal de BMW entre los que destacan elementos como un sistema de audio Bowers & Wilkins, iluminación ambiental interior, techo panorámico de cristal, una pantalla curva de infoentretenimiento con el sistema Drive 8.5, una pantalla de visualización frontal, navegación y mucho más.
En lo referido al apartado mecánico, el Touring mantiene el mismo sistema de propulsión híbrido enchufable que el modelo de cuatro puertas. De esta forma, dispone de un motor V8 biturbo de 4.0 litros en combinación con un motor eléctrico integrado en la caja de cambios automática de ocho velocidades, así como un paquete de baterías de 14,8 kWh de capacidad con el que puede recorrer hasta 67 kilómetros en modo puramente eléctrico.
Las especificaciones no cambian, así que se mantienen los 727 caballos de potencia y un par máximo de 1.000 Nm, suficientes como para alcanzar los 100 km/h en 3,6 segundos, una décima más lento que la berlina, y la posibilidad de llegar hasta los 305 km/h si se opta por el paquete opcional M Driver's.
Toda esa energía se envía al asfalto con la ayuda tanto del diferencial activo M controlado electrónicamente como del sistema de tracción total M xDrive, capaz de trasladar todo el par únicamente al tren trasero en el modo 2WD.
A nivel de chasis se han utilizado los mismos trucos que la berlina para camuflar esos elevadísimos 2.550 kilos de peso, de manera que no faltan la suspensión adaptativa M con amortiguadores controlados electrónicamente y la dirección activa integral, que dirige las ruedas posteriores hasta 1,5 grados, así como unos frenos M Compound con dos ajustes del tacto del pedal y unas llantas de aleación ligera con neumáticos de altas prestaciones.
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