Después de la Vespa y el Fiat 500 este icónico símbolo del transporte urbano italiano da su paso a las emisiones cero.
La última edición del EICMA, el salón de la moto y la bicicleta de Milán, ha sido el escenario elegido para que la Lambretta se muestre en su versión más futurista y sostenible, 77 años después de que llegara al mercado por primera vez.
Bajo el nombre de Lambretta Elettra, todavía es un concepto pero destinado a una futura producción. Su diseño es una perfecta evolución del inconfundible estilo de este scooter en una reinterpretación futurista.
El manillar de la Lambretta Elettra es el elemento más innovador, con unas manetas de freno retráctiles y los intermitentes en los extremos; la instrumentación digital está integrada en el propio manillar y con el proyector delantero.
Toda la parte trasera de la carrocería se eleva al pulsar un interruptor del mando a distancia para dar acceso a un compartimento que alberga la batería y que también sirve para guardar el casco y un espacio de guantera.
Uno de los inconvenientes de esta Lambretta Elettra es el mismo que tiene la Vespa eléctrica y del que se quejan muchos potenciales clientes, y es que la batería no puede extraerse para cargarla en casa en un enchufe doméstico.
Las pilas de litio de la Lambretta tienen una capacidad de 4,6 kWh y le permiten una autonomía de hasta 127 km a una velocidad máxima de 40 km/h que se reduce a 60 km si se mantiene una velocidad constante de 80 km/h.
La potencia del motor es de 4 kW, con un máximo de 11 kW y un par de 258 Nm que le permite alcanzar una velocidad punta de 110 km/h. Tiene tres modos de conducción, Eco, Ride y Sport, que hacen variar tanto la potencia como el par motor disponibles.
El peso total de la Lambretta Elettra es de 135 kilogramos, que no resulta excesivo pues es solo cinco kilos superior al de la que seguirá siendo su gran rival.
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