La casa alemana presentó un imponente concept que posiblemente y en un futuro no muy lejano se convertirá en un exclusivo hypercar de limitada producción.
La familia de los hiperdeportivos Porsche con la tecnología más avanzada del momento acaba de crecer y entra en la movilidad eléctrica 100% gracias a la presentación del Porsche Misión X.
Si bien no hay datos técnicos como potencia o prestaciones, se conoce que su relación peso/potencia es de 1 kilogramo por caballo, cuyo principal objetivo es revalidar la marca conseguida por el 918 Spyder de ser el vehículo homologado para calle más rápido en el circuito de Nürburgring.
Segun Porsche, este concept tiene un sistema de recarga a 900 voltios, siendo el doble de rápido que el del Taycan Turbo S. Las baterías van centradas detrás de los asientos para conseguir el mejor reparto de pesos y un perfecto equilibrio dinámico.
Su construcción ultraligera aprovecha al máximo el uso de la fibra de carbono que crea una estructura alrededor de los dos ocupantes, que Porsche denomina como un exoesqueleto. El color plata de sus antecesores deja paso a un elegante ocre metalizado denominado Rocket Metallic, en la tendencia de los denominados colores orgánicos que esta de moda.
El espectacular diseño reinterpreta códigos de estilo de Porsche, especialmente de algunos de sus más famosos modelos de competición como el 917. La apertura de las puertas es otra herencia del mundo de las carreras y en el lanzarte posterior de sus ventanillas se encuentran las cámaras que sustituyen a los retrovisores.
Con 4,5 metros de largo, con una batalla de 2,73 metros, sus dimensiones son casi idénticas a las de sus exclusivos antecesores del siglo XXI, el Carrera GT y el 918 Spyder, con un interior que es un verdadero espectáculo de diseño y estilo.
No hay simetrías entre la parte del conductor y la del pasajero, ni siquiera en el color; de otro lado, los arneses de seis puntos forman parte de la propia estructura de fibra de carbono del Mision X.
En la instrumentación no podía faltar un cronometro analógico, seña de identidad de cualquier Porsche, en perfecta combinación con las pantallas digitales y el volante heredado de la competición.
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