El nuevo SUV coupé representa la máxima expresión de la marca francesa en términos de diseño, tecnología y rendimiento.
Con el ánimo de seguir revolucionando su gama de modelos SUV, Renault ha presentado de manera oficial el Rafale, un coupé de alta gama que apunta directamente al denominado segmento D.
El nombre Rafale rememora la historia de Renault como fabricante de motores aeronáuticos en la década de 1930 y más concretamente se acuerda del Caudron-Renault Rafale, una aeronave de récord que alcanzó los 445 km/h en 1934.
El recién llegado no solo presume de ser el nuevo buque insignia de la marca francesa, sino también un coche que marca el comienzo de una nueva era en el apartado estético dentro de Renault, pues es el primero que se ha dibujado al completo según las directrices del novedoso lenguaje de diseño introducido por Gilles Vidal.
Su principal característica es la carrocería fastback ligeramente elevada que se acompaña de elementos visuales de protección en la parte inferior de la misma. El frontal está liderado por una parrilla de nueva factura, un capó alargado, unos grupos ópticos estilizados y la firma lumínica inaugurada en el recién Renault Clio.
La vista lateral muestra una línea de techo fluida, diseñada para preservar la altura libre de la segunda fila de asientos que culmina en una luneta trasera cuyo ángulo de inclinación es de 17 grados, un dato clave para maximizar la aerodinámica del vehículo.
Sus llantas de aleación de 20 pulgadas no pasan desapercibidas y mucho menos una tipografía del nombre del modelo en el portón trasero, con un estilo de escritura a mano muy elegante que recuerda a la que se ponía en las avionetas de primera mitad del siglo XX.
Todo ello con unos pilotos ampliamente separados que se inspiran en el juego chino del tangram y dos nuevas tonalidades; blanco satinado nacarado y azul Alpine, aunque también se ofrece con los colores rojo deseo, negro brillante y gris pizarra.
El interior presenta ciertas similitudes con el del Austral y Espace, principalmente por la presencia de la doble pantalla OpenR para el sistema multimedia,y el cuadro de instrumentos, aunque presenta algunos elementos novedosos como los asientos deportivos y, especialmente, el techo panorámico Solarbay con tecnología PDLC de cristal líquido.
Este permite regular la opacidad del vidrio en función de cuatro posiciones: totalmente transparente, totalmente opaco, transparente delante y opaco detrás y viceversa. Además, con su presencia se ganan 30 milímetros de espacio para la cabeza en las plazas traseras y se limita el calentamiento del habitáculo pues deja entrar la luz, pero no el calor.
Otros elementos destacados son el apoyabrazos inteligente de los asientos posteriores, materiales reciclados, diferentes superficies en color azul, un head-up display de 9,3 pulgadas y ocho ambientes luminosos personalizables.
El acceso a las plazas traseras no representa ningún problema ya que las puertas posteriores al ser de unas dimensiones generosas, liberan espacio más que suficiente como para entrar y salir del coche con facilidad, pese a que el ángulo de apertura no se acerca a los 90 grados.
Llama la atención la buena distancia para las piernas que según Renault es de 302 milímetros y, sobre todo, la cabeza dadas las características de su carrocería, con unos respaldos anchos y ligeramente inclinados que brindan un grado de confort muy elevado.
En cuanto al maletero, ofrece 530 litros de capacidad, una boca de carga generosa y unas formas bastante regulares; goza de un doble fondo para almacenar la rueda de repuesto y el portón es de apertura automática.
Basado en la plataforma CMF-CD que ya utilizan los referidos Austral y Espace, el Rafale se distingue de ellos al exhibir unas vías ensanchadas 40 milímetros en cada eje, con una distancia entre ejes idéntica a la del Espace.
Presume de una suspensión trasera multibrazo y de la última evolución del sistema de dirección a las cuatro ruedas 4Control de la marca, así como neumáticos más anchos de 245 mm y una puesta a punto específica para los muelles, amortiguadores y barra estabilizadora.
Por ahora, el Renault Rafale se ofrecerá únicamente con el sistema de propulsión híbrido E-Tech de 200 caballos de potencia; un conjunto que combina un motor de gasolina turboalimentado de tres cilindros y 1.2 litros, con dos eléctricos y una batería de iones de litio de 2 kWh a 400 voltios.
Toda la energía producida por el tren motriz electrificado es canalizada por una caja de cambios automática multimodo sin embrague, que combina dos marchas para el motor eléctrico principal y cuatro relaciones para el motor de combustión, dando como resultado 15 combinaciones posibles.
Más adelante se añadirá una versión de altas prestaciones; se trata de una evolución de la tecnología E-Tech en formato híbrido enchufable, por lo que se añade un motor eléctrico en el tren trasero para así poder impulsar directamente este eje y una batería de mayor capacidad.
El resultado final es un SUV coupé con un total de 300 caballos de potencia, tracción a las cuatro ruedas y eje trasero direccional, con ajustes del chasis específicos y una suspensión adaptativa.
El Renault Rafale se producirá en la factoría de Renault situada en Palencia, siendo esta la tercera adjudicación realizada a dicha fábrica dentro del Plan Industrial 2021-2024.
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